Un dorama que te atrapa con muerte, misterio, confabulación, romance y muchos besos. Plantea los grandes cambios que pueden existir en el futuro si tienes la oportunidad de arreglar lo que salió mal en el pasado cada que quieras, y las consecuencias negativas que esto conlleva.

Otaro, su protagonista, es egoísta, la ambición hecha persona, pero con un encanto y astucia que aprendes a querer. Cada una de sus experiencias con la muerte van construyendo su evolución hasta tener un cierre de aprendizaje.

Mi personaje favorito fue Saiko, quien me causaba tanta ternura con su nerviosismo y buenas intenciones. Su vida es triste al tener una habilidad que le imposibilita formar relaciones románticas y por ello se ha cerrado por completo ante la idea de socializar.

Adoré ver el desarrollo en las interacciones de los protagonistas, ir de aversión a amistad, y, no puedo mentir, me encantaban juntos.