La transición desde el código samurai hacia los valores de la actualidad
Este es un special que realmente todos los que quieren aprender más sobre lo que representó la modernización de Japón con respecto a eliminar los sistemas de clase y dejar atrás el código samurai, para adoptar las leyes que se tienen en el mundo moderno, este fue un proceso muy difícil y esta historia lo representa muy bien. El special nos presenta una historia basada en hechos reales sobre el último caso que se dió en Japón de este tipo de venganzas y cómo las personas de esta época lidiaron con ello, todo esto en una cronología que transcurre por varios años mostrándonos la historia del protagonista desde que es niño hasta que es adulto y persigue sus objetivos de venganza a toda costa y en contra de todos los nuevos estándares. Es una historia que pone nuestra moral en duda y nos hace preguntarnos qué está bien y qué está mal.
La actuación es impecable, podemos sentir el dolor en el personaje que representa Fujiwara, me gustó mucho también Matsushita Nao, pude notar claramente sus sentimientos por el protagonista y Ozawa Yukiyoshi fue excelente, también pude sentir su arrepentimiento, el otro que me gustó mucho tambien fue el personaje del magistrado, representado por Yoshioka Hidetaka, su voz suave para la narración de la historia fue perfecta, y las expresiones que muestra el personaje, era muy claro su conflicto interno sobre querer lo mejor para su país pero a la vez tener que forzarse a comprender algo que el nunca comprendió para poder avanzar con esta dolorosa transición. Finalmente, Kitaoji Kinya fue excelente también, realmente pude sentir como representaba su honor y orgullo como samurai.
La música es hermosa, una música que se acompaña de una cinematografía de paisajes de Fukuoka y otras áreas rurales de Japón, la adaptación a la época es muy creíble, sentimos que estamos en la época gracias a la combinación de trabajo de cámara y música tradicional de la época.
Probablemente lo vería de nuevo, es una historia muy emocional que me sacó varias lagrimas y me hizo preguntarme muchas cosas, la recomiendo mucho.
La actuación es impecable, podemos sentir el dolor en el personaje que representa Fujiwara, me gustó mucho también Matsushita Nao, pude notar claramente sus sentimientos por el protagonista y Ozawa Yukiyoshi fue excelente, también pude sentir su arrepentimiento, el otro que me gustó mucho tambien fue el personaje del magistrado, representado por Yoshioka Hidetaka, su voz suave para la narración de la historia fue perfecta, y las expresiones que muestra el personaje, era muy claro su conflicto interno sobre querer lo mejor para su país pero a la vez tener que forzarse a comprender algo que el nunca comprendió para poder avanzar con esta dolorosa transición. Finalmente, Kitaoji Kinya fue excelente también, realmente pude sentir como representaba su honor y orgullo como samurai.
La música es hermosa, una música que se acompaña de una cinematografía de paisajes de Fukuoka y otras áreas rurales de Japón, la adaptación a la época es muy creíble, sentimos que estamos en la época gracias a la combinación de trabajo de cámara y música tradicional de la época.
Probablemente lo vería de nuevo, es una historia muy emocional que me sacó varias lagrimas y me hizo preguntarme muchas cosas, la recomiendo mucho.
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