Completed
Ying Ye 3+1
1 people found this review helpful
by YoD
Aug 30, 2019
16 of 16 episodes seen
Completed 0
Overall 7.5
Story 7.5
Acting/Cast 7.5
Music 7.5
Rewatch Value 7.0
Lo primero que tengo que hacer, es felicitar a este drama por su tema principal de acción, que en verdad te motiva a ver las escenas con emoción y estilo. Incluso, la canción la tengo entre mi lista musical que escucho cada vez que puedo.

Las actuaciones estuvieron aceptables para tratarse de adolescentes, y la química entre los protagonistas estuvo bastante acertada. Por su parte, el resto de los personajes también estuvo definida, cada uno con un estilo único: desde el compañero fortachón que era fiel a sus amigos, hasta la amiga de la protagonista, una chica tierna dispuesta a dar los consejos más sinceros. Todo esto con el propósito de agregarle un valor especial al tema de la amistad, el compañerismo, y la rivalidad entre chicos y chicas.

La historia en sí es diferente. Aunque no sea la mejor del año, puede llegar a llamar la suficiente atención como para que un público adulto se vea interesado tanto como uno juvenil.
Con referencia a la comedia manejada, pienso que fue inocente y fresca, haciendo de la trama una secuencia ligera.

¿La recomiendo? Sí. Te hará pasar un buen rato, haciéndote olvidar de la rutina.
¿La volvería a ver? Sí, siempre y cuando tenga tiempo.

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Completed
The Monkey King 1: Havoc In Heaven's Palace
0 people found this review helpful
by YoD
Aug 30, 2019
Completed 0
Overall 5.0
Story 5.0
Acting/Cast 5.0
Music 5.0
Rewatch Value 1.0
Ojo con el título: no estoy criticando el mito, sino esta versión publicada bajo una actuación demasiado estereotipada. Comprendo que es un mono humanizado, con la capacidad de comunicarse como si se fuera una persona. Sin embargo, me resultó molesto oír los constantes sonidos onomatopéyicos que realizaba como para recordarnos en todo momento que se trataba de Wukong, el mono guerrero y parlanchín.

Conozco la historia de Viaje al Oeste, y respeto que quisieran contar los orígenes de nuestro particular amigo, lo que no me termina de convencer es... ¿Por qué rayos los movimientos eran exagerados al andar y expresarse? ¿Quién dijo que los monos caminaban así?

La actuación del resto del elenco tampoco fue la gran cosa, siento que faltó seriedad y empeño en el asunto.
Y la historia en sí tampoco estuvo bien definida, porque quisieron abarcar tanto en una sola película que terminó resultando apresurada, saltando de aquí para allá como el propio protagonista, obstaculizando seguirle el hilo y enredando al espectador.

Por otra parte, sigo sin entender cómo los chinos con tremenda tecnología siguen tan atrasados como para presentarnos una película del 2014 en donde los efectos especiales sean peores que El reino perdido, la película de Jet Li y Jackie Chan del 2008 estando en el año 2014.

Con todo esto, espero igualmente que la segunda parte sea mejor, pues en el trailer promete algo más serio y mejor trabajado.

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Completed
Rolling Love
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by YoD
Aug 30, 2019
12 of 12 episodes seen
Completed 0
Overall 8.5
Story 7.0
Acting/Cast 8.0
Music 8.5
Rewatch Value 5.0
Rolling Love es una serie bastante sencilla, que sin duda alguna te deja una sensación cálida dedicada al cariño, a los amigos y a la comida. El concepto de la cocina va muy bien aplicado desde el principio, nunca llegando a atosigarte de puras charlas técnicas en la gastronomía.
Los límites presentes entre la comedia y el drama funcionan de maravilla, sin tener la obligación de abandonar el primer concepto que presentan.
Enfocándonos ahora en los protagonistas, tenemos a dos personajes bien trabajados en conjunto, creando el equilibrio perfecto para desarrollar una atmósfera muy tierna. Sin embargo, el rol de la chica hubiera sido un poco mejor si su amor se hubiera definido desde el momento adecuado, evitando que se sintiera desprevenido e inseguro al tomar decisiones.
La banda sonora, por su parte, no tiene nada que envidiarle a otros doramas. Te deja un recuerdo inolvidable de su hermosa melodía dedicada a la convicción y a la perseverancia.
Por último, debo asegurar que la historia merece una oportunidad para verla, porque contiene una característica especial que te hace quererla.

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Completed
Love Strategy
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by YoD
Aug 30, 2019
32 of 32 episodes seen
Completed 0
Overall 6.5
Story 6.0
Acting/Cast 8.0
Music 6.5
Rewatch Value 1.0
Soy muy curiosa con las series chinas, porque su popularidad está por debajo de las k-dramas y de los j-dramas, y siento que merecen la pena darles una buena oportunidad. Así que al ver a un actor coreano interpretar al protagonista en una serie china, me imaginé que iba a ser una de las historias más interesantes que vería. Cual fue mi decepción al ver cómo pasaba el tiempo y la serie continuaba, sintiendo que realmente no estaba avanzando en lo absoluto.

Las actuaciones en general fueron entre regulares y buenas. Sin duda alguna los que salvaron un poco el drama fueron los protagonistas que mantenían una buena química y el amigo de la familia, el dueño del restaurante. Por el resto no logro recordarlos, aunque tengo un indicio de obstinarme del hermano menor de la chica por su egoísmo, de sentirme recelosa con el antagonista, y de haber odiado a la villana por su prepotencia.

La música no me desagradó, o eso creo. Solo recuerdo no haberme quejado por ella, así que supongo que fue muy neutra.

El drama no lo volvería a ver porque estaría cansada y posiblemente aburrida de sentir lo mismo en cada capítulo. Por otra parte, recordar el final me resulta positivo, pero debo decir que no fue suficiente para salvar a la serie, así que en un futuro, no estará entre mis dramas por recomendar.

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Completed
First Kiss
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by YoD
Aug 30, 2019
11 of 11 episodes seen
Completed 0
Overall 8.0
Story 8.5
Acting/Cast 8.5
Music 9.0
Rewatch Value 5.0
¡La definición de ternura no es suficiente! Aunque parezca extraño, el dorama tuvo la excelente decisión de enfocar el amor fraternal antes que el de la pareja, transformándolo en una historia única que hace valorar más a tu propia familia.

Los actores de verdad supieron jugársela al tratar con una trama sencilla y a la vez delicada. La música recuerdo haberme sentido agradada por escuchar el opening cada vez que iniciaba un episodio, y el romance fue muy satisfactorio ^w^, con un excelente sabor de boca.

¿Qué le cambiaría?... Nada, es perfecta en su completa sencillez, sumando todos los ingredientes con exactitud: amor, ternura, drama, fraternidad, alegría y amistad.

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Completed
20th Century Boys 1: Beginning of the End
0 people found this review helpful
by YoD
Aug 30, 2019
Completed 0
Overall 10
Story 10
Acting/Cast 9.0
Music 10
Rewatch Value 10
Nombré a la reseña de esta manera porque recuerdo que, hace unos años, leí en un artículo una comparación del triunfo que tuvo esta trilogía en Asia oriental, como el que tuvieron las películas de Tolkien en occidente. Claro, no tiene nada que ver una historia con la otra, pero la intención era imaginar el nivel que tiene esta potente historia.

La actuación de los personajes se mantuvo siempre excelente, enfocados en expresiones reales, mostrándonos a un asesino escalofriante imposible de identificar. La música, estuvo bien adaptada cuando se requería, y los efectos especiales, aunque no fueron los mejores, dieron un reflejo del esfuerzo por hacer de esta historia una obra maestra.
La historia en sí es EX-CE-LEN-TE. No entiendo cómo rayos muchas personas no saben de su existencia.

Me limito a hacer una buena comparación entre Live-action y el manga, pues no me he terminado de leer este último. Pero hasta lo que llevo leído, aseguro que se adapta perfecto.
No he visto las otras dos películas, y es algo que tengo pendiente cuando cuente con el tiempo suficiente para dedicarme a él 100% a la excelencia.

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Completed
Anna-san no Omame
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by YoD
Aug 30, 2019
10 of 10 episodes seen
Completed 0
Overall 8.0
Story 9.0
Acting/Cast 9.0
Music 6.0
Rewatch Value 8.0
Un extraño tesoro que hallé cuando me estaba iniciando en este mundo de los doramas. Es importante tener en cuenta que la historia suele ser tan peculiar que no es fácil que sea del agrado de muchos. Por eso advierto al decir que dependiendo de lo que busques podrá gustarte o no, ya que Anna-san no Omame está ubicada en esa frontera de lo bueno y lo malo.
En lo particular me reí un montón con ese tipo de humor que me resultó innovador, incluso hasta ahora no he encontrado un dorama que me satisfaga como este lo hizo.

Las actuaciones a pesar de que no fueron las más ideales para ser nominadas al Oscar, fueron respetables. La banda sonora si mal no recuerdo me causaba simpatía, y la historia en sí me pareció muy original, con las pequeñas parodias en donde se esforzaban con los efectos para simular un anime (increíblemente les quedó bien).
Con respecto al final... es tan loco que ni yo sé que decir. Al principio pudo molestarme por lo raro, anormal y controversial, pero increíblemente en segundos lo acepté. Sin embargo, me atrevo a decir que pensé en que hicieran una segunda temporada para acomodarlo, pero bueno... ya han pasado años, así que me quedaré con el confort que tenía, y me mentalizaré en estos días para volverla a ver.

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Completed
Attack on Titan
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by YoD
Aug 29, 2019
Completed 0
Overall 1.0
Story 1.0
Acting/Cast 1.0
Music 1.0
Rewatch Value 1.0
This review may contain spoilers
¡Malísima! Sinceramente no voy a perder mi tiempo en ver la segunda parte. Uno de los peores errores que cometieron fue haberla querido terminar antes de que el propio manga lo hiciera, mostrándonos un final alternativo del asco.
Si querían aventurarse en realizar una tipo de producción de ese calibre, debieron considerar estudiar las posibilidades por unos cuantos años más, recaudar los recursos necesarios, y elegir mejor a los actores y a los guionistas. En definitiva, quedó como una parodia que no pude parar de burlarme de una manera despectiva cuando quisieron alterar todo, desde la historia, los personajes, la época, y como ya dije antes, hasta el mismo final.

Quizás, lo único que pueda salvarse sean los efectos especiales que no estuvieron del todo mal. Por el resto, no la recomiendo para nada.

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Completed
Her Private Life
1 people found this review helpful
Aug 29, 2019
16 of 16 episodes seen
Completed 0
Overall 8.5
Story 7.0
Acting/Cast 10
Music 8.0
Rewatch Value 9.0
Me he divertido como una enana viendo este drama. Es una comedia romántica bastante sencilla, sin villanos malísimos de por medio ni la tensión incesante de triángulos amorosos (lo de Eun Gi jamás llegó a hacerlo, la verdad). Duk Mi y Ryan Gold como pareja me han gustado muchísimo y no puedo negar que me he quedado con ganas de más, a pesar de ser esa clase de relación que, una vez que zarpa, ya no se hunde jamás. Ciertos momentos que nos regalan no dejan de rozar todo cliché ya visto antes (como lo del parque de atracciones y eso de conocerse brevemente siendo niños), pero tampoco es que resulte monótono el asunto.

También eso de poner a una curadora de arte como fan anónima de White Ocean (y en plan stalker con Shi An) me ha parecido bastante entretenido, pues gran parte de la comedia surge gracias a las situaciones de ella intentando mantener su dignidad intacta mientras se deja media vida entre los conciertos, aeropuertos y hoteles.

Este drama tiene un aire a What’s Wrong With Secretary Kim, otra comedia de Park Ming Youg que también disfruté mucho. De hecho, pienso que se le da muy bien este género. Me parece mucho más desenvuelta en ese ambiente que en dramas como Remember: War Of The Sun. Con el que tenía mis reservas era con Kim Jae Wook, porque como villano, suicida y exorcista lo hace siempre de maravilla, pero jamas le había visto en un papel como el de Ryan. Y me encantó. Tiene un carisma arrollador, a pesar de que un principio sientes que se pasa tres rayas de arrogante. Sin embargo, su evolución es palpable.

La única pega que tuve con esta serie fue el asunto del hermano de Duk Mi, ya casi en la recta final. No diré más para evitar spoiler pero siento que esa pequeña revelación del pasado no venía ni al caso. Más allá del dramatismo sin sentido tampoco es que aquello tuviera un motivo de ser.

Aun así, es una serie que recomiendo muchísimo a quienes buscan diversión así sin más; para pasar un buen rato. Personajes como Seon Joo, el pequeño Geon Woo y sobre todo la entrañable “villana” Uhm So Hye se encargarán de regalar más de una carcajada garantizada. Se los aseguro.

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Completed
Signal
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Aug 28, 2019
16 of 16 episodes seen
Completed 0
Overall 10
Story 10
Acting/Cast 10
Music 10
Rewatch Value 9.5
This review may contain spoilers
El argumento de Signal es sencillo aunque se complica a cada capítulo, y lo de la corrupción dentro de la policía es tan predecible como el sol que saldrá mañana en el horizonte, aun así el verdadero peso de la historia recae en la comunicación del pasado y el presente que mantienen estas dos personas. Es verdad que la idea de una familia humilde destrozada por la corrupción es algo más masticado que un chicle, pero valiéndose de un poco de imaginación y un guión a la altura se puede sacar una historia bien contada. Y la historia de Park es así; termina siendo el último eslabón en una serie de casos que al parecer, por caprichos del destino, terminan hilvanados unos con otros en una telaraña atemporal debido a su estatus sin resolución. Siendo el personaje central, su historia tardó lo suyo en ser contada, y la única referencia que nos queda son esos tristes recuerdos de tiempos oscuros en los que se sentía solo, y que remarcaban más la ausencia de un hermano que para sus ojos era el ser más ejemplar. Si de algo sirvió ponerle como líder inmediato a la detective Cha Soo Hyun es para expulsarle ese resentimiento hacia sus colegas y a su propia profesión. Ella le enseña que hay policías que están muy lejos de su limitada e insulsa visión resentida de víctima.

Cha Soo Hyun, interpretada por la icónica actriz Kim Hye Soo, no puede pasar desapercibida. Es un personaje extraordinario que se ha convertido en uno de mis favoritos en cualquier ámbito y en cualquier medio. Los silencios de Soo Hyun valen toneladas, pero lo verdaderamente maravilloso es atestiguar su increíble evolución: desde los tiempos de policía novata a la experimentada líder de un equipo de cuatro que apenas puede darse abasto con la cantidad inmensa de casos que les caen encima. La vemos ingenua e inocente en su juventud, tan domada por la academia y excesivamente sumisa ante sus superiores para después verla en un presente que nos parece imposible: ahí mismo donde golpea la mesa de interrogatorios para exigir una declaración o allí donde no duda en elevar la voz ante sus jefes para señalar el punto donde convergen sus problemas. La detective Cha porta la placa policial con orgullo desmedido porque aprendió a valorar su profesión gracias a la inquebrantable voluntad de un hombre bueno que conoció en el pasado. Quizá eso de seguir soltera después de los cuarenta le de una buena jaqueca a la anticuada de su madre, con la típica actitud pueril de una señora que ve con desagrado cómo su retoño pierde el brillo de sus años, pero Cha no desiste a su extenuante trabajo de escritorios diminutos repletos de carpetas apiladas, café barato, cubículos bulliciosos como leal vigilante de la ley. Le gusta su profesión y sufrió lo suyo para estar parada ahí con una dignidad envidiable, y no deshojando margaritas ataviada con una pijama rosa, mientras sus sobrinos brincan en la cama y la necia de su madre le consigue la vigésima sexta cita a ciegas con un abogado calvo y cincuentón.

Lee Jae Han es el alma más pura del vecindario. Y mira que no es un personaje complejo; de hecho, si el bueno de Lee brilla tanto es por su transparencia. Es imposible no amarlo. Es un churrete de honestidad, de bondad y una ejemplificación digna del genuino sacrificio. No es que sea perfecto, sino que son precisamente sus defectos los que le añaden mil puntos a su nobleza. Es un individuo nacido en la época equivocada, con una postura infranqueable donde confluyen de manera desmedida el amor a la verdad, la justicia y el valor. Un policía hecho y derecho en peligro de extinción por culpa de aquellos colegas que sucumbieron ante el capricho de la impunidad a cambio de un puñado de migajas de pan tiradas en el suelo. Está demás decir que él se lleva la serie con una diferencia abismal sólo porque la actuación de Cho Jin Woong vale cada minuto y cada jodida escena donde aparece; desde su torpeza al hablar, hasta su testarudez para conseguir lo mismo una confesión que una pista. Lloré con él; sufrí, reí y me emocioné cuando lo hizo y se me partía el alma en pedacitos chiquitos cuando le veía gritar sus frustraciones y derramar océanos de lágrimas de impotencia al no tener el poder de cambiar las cosas tanto como quisiera por culpa de esos soberbios hipócritas que le destrozaban la vida a su antojo. Pero lo más extraordinario es ver esa evolución que presenciamos también en los otros dos personajes. De hecho, Jae Han puso los cimientos de temple y visión policial que años después vemos palpables en la detective Cha, y que a su manera insiste —a vuelta de tuerca y guión— en enseñarle a Park. Es un sincretismo que se entiende por sí sólo, un ciclo que se renueva y renace en cada caso, cada cambio de camino, cada distorsión de tiempo; y eso lo continuamos viendo hasta el final.

Los asesinatos seriales de Hwaseong (Ep. 02, 03, 04) serán un prefacio de lo desastroso que resulta cambiar el destino, alterar el orden y tratar de revertir la maldad humana. Ni Park ni Lee, como unión ambigua de dos épocas distintas, estaban listos para aquel enigmático primer golpe donde salvar una vida inocente terminaría por liquidar otra que también lo era; una broma macabra de la distorsión del tiempo. Lee no sólo es tratado con la punta del pie por colegas de otro bando después de su error, sino que su existencia le tira un jaque mate siniestro cuando la chica que le robó la razón siendo aún un inexperto policía es maniatada y asesinada en esas calles oscuras donde tantas veces custodió su caminar. Jae Han jamás vuelve a ser el mismo desde ese día; no se le amarga la existencia por el crimen, pero a nivel personal se cubre el rostro y el alma con una fachada dura, desenfadada y burocrática, evitando crear vínculos tan fuertes con la gente, y adopta un porte férreo pero frágil que se resquebraja más de una vez por culpa de su innata bondad.

La muerte de la hija de su amigo ex-convicto termina convirtiéndose en el punto sin retorno que lo invita a abandonar todo, incluso las transmisiones, corroído por la culpa de saber que esa tragedia pudo evitarse. Irónicamente en el presente las cosas no terminan mejor: cuando el padre de la niña sale de prisión busca venganza por la prematura muerte de la nena y sin proponérselo termina con la vida de la detective Cha Soo Hyun en una fracción de segundos. Un desastre total. Para ese entonces Park ya había tenido más de un roce con Soo Hyun por los métodos tan distintos con los que procedían por su cuenta, pero eso no evitó que entre los dos se forjara al poco tiempo una tierna tendencia de respeto profesional en la que ambos se apoyaban entre conversaciones silenciosa y diálogos pétreos. Existía un vínculo forjado en plomo para cuando aquel auto de refrigeración estalla la noche más fría de la ciudad, por lo que el teniente no titubea ni un segundo para enmendar el daño que ocasionó al osar manipular el tiempo. Guiados por motivos propios, tanto él como Lee, se las ingenian para corregir el escenario caótico que han creado y consiguen, contra todo pronóstico, poner en orden el universo una vez más.

Ya a la mitad de la serie le toca el turno a la detective Cha Soo Hyun sufrir una sacudida existencial cuando es encontrado el cadáver de una mujer con el sello innegable de un aparente asesino serial que estuvo a punto de convertirla en víctima en sus tiempos de aprendiz. En éste arco vemos cómo se crea un monstruo, dijera Park, a sabiendas de que el chico no nació siéndolo. El criminal que nos atañe (Ep, 09, 10, 11, 12) podría pasar desapercibido para cualquiera: tímido, joven, obsesivo compulsivo y silencioso; es gracias a escasos flashbacks de su infancia que comprendemos su calvario. Nos adentramos a su psique más profunda para encontrar los restos traumáticos donde se asentaron sus complejos. La visión de la madre carcomida por la depresión es una imagen tan fuerte como desoladora, pero necesaria para tropezar con los indicios donde la mente del chico se dañó; ahí donde la percepción de la realidad se quebró hasta hacerle perder cualquier trozo de benevolencia que pudo haber retenido hasta entonces (le vemos de niño salvar a un cachorrito y justo después a su madre desechando su cuerpecito en una bolsa negra de plástico). Si alguien, cualquier persona, le hubiera tendido una mano, se lamente Park, quizá todo sería distinto; porque como estudioso de la mente no puede evitar sentir un grado de condescendencia frente a esos parias de la sociedad que sólo fueron víctimas de la circunstancias, y sabe que el asesino de Hongwong fue uno de ellos. Pero para la detective Soo Hyun aquello es muy distinto: no puede darse el lujo de compadecer a un monstruo que, si dependiera de su decisión, ella misma lo mataría. Estuvo a nada de ser una de sus muertas en el ‘97, cuando se aventuró sola a buscarlo por los callejones oscuros donde se fundía con el entorno. Fue una decisión estúpida nacida de la firme convicción de intentar ayudar a sus camaradas, pero el desenlace casi termina en tragedia y en la comisaría había alguien que jamás se hubiera perdonado eso.

La relación tan peculiar entre Soo Hyun y Jae Han está como para escribir un informe bonito, de esos largos, toscos, repleto de metáforas, simbolismos y confesiones dichas entre líneas. Son una pareja única y dispar, ridiculizada más por la actitud tan ingenua de él y la admiración tan desmedida de ella, pero enternecida también por una perseverancia, una tozudez y una gallardía que se les escurre a los dos de una manera tan natural que me resultó imposible no caer rendida a sus pies. Los crímenes de Hongwong se convierten en un parteaguas en su carrera al enseñarles de nueva cuenta lo frágil que puede ser la vida. Si para Cha el traumatismo del momento fue tremendo, para Lee su deficiencia profesional cargó con una doble decepción. Esa última escena entre ambos en el noveno episodio, cuando él la encuentra maniatada e inconsciente en la banqueta, es soberbia como pocas (pedazo de actuaciones, eh). Se me ha erizado la piel apenas ella reacciona e intenta zafarse de los brazos de Lee y emprender la huida, para después dejar de forcejear: cae en cuenta que si él está ahí es porque el horror ha terminado. Resulta desgarrador ver cómo Jae Han se quiebra mientras la abraza con impotencia y le pide perdón por llegar tarde, trayendo a su memoria aquella noche en la cual en verdad llegó tarde sólo para encontrar el cuerpo ultrajado de la chica que le gustaba tirado en el piso como un pedazo de basura. Y es que ya en este punto de la historia sabemos el detective Lee no es muy verbal, no suele ir por la vida dando una homilía de valores éticos, ni compartiendo experiencias de trabajo a cuanta persona se le ponga enfrente; el tipo es más de acciones que de palabras. Sin embargo —y no deja de ser una tremenda ironía— Soo Hyun con su sola presencia y su mera actitud llena de indecisiones y torpeza logra atravesar todas esas capas de oso indomable para escucharle expiar sus frustraciones y de paso para enseñarle que los policías sí se desmoronan, también tienen temores e incluso huyen, pero siempre están ahí en pie de guerra para acudir al primer llamado. “¿Sabes? A mi también me dan miedo a los criminales, pero ¿qué hago? Es un trabajo que alguien tiene que realizar ¿no? Y nosotros estamos ahí para hacerlo, aunque nos de miedo”. (Ep.10) La relación posee un nivel de confianza muy peculiar porque se supone que Lee apenas la tolera y Cha lo admira tanto que podría limpiar hasta los pasillos por donde él camina (de ahí que él diga que no la tolera; tanta atención le agobia) y aun así Jae Han le enseña a ser una detective con amor a la verdad mientras ella le enseña a ser una mejor persona, a devolverle sin saberlo un poco de la confianza que se le murió cuando le falló a la joven secretaria de impecable falda plisada, linda sonrisa y timidez desbordante que murió en Hwaseong. Lee le inyecta valor cuando ella ve su primer cadáver, cuando le ayuda a recordar las pocas sensaciones durante sus horas de secuestro y también cuando estuvo a punto de renunciar a su trabajo debido al trauma derivado del cautiverio. Él, con su fuerte personalidad fungió como el piso firme donde Soo Hyun forjó su caminar; la evolución de su carrera y la palpable capacidad de sus métodos de investigación tienen la firma de Lee por todos lados. No hubo en toda la serie una relación más pura y legítima que la de ellos.

El último caso —basado en otro hecho ocurrido en la vida real— no sólo es el más extenso; también es el idóneo por exponer toda la farsa policial sobre la que nuestros protagonistas caminan. A la par de eso, vemos como las transmisiones se complican y dos personas más les escuchan. Esto fue un alivio total porque viví con el miedo a que todo ocurriera sólo en la mente de Park y el tipo tuviera alguna especie de enfermedad mental o disociación de la realidad que le llevara a escuchar cosas donde no se escuchaba nada y para tratar de arreglar a su manera la trágica vida de su hermano, que fue juzgado siendo inocente. De hecho, el verdadero peso de este drama recae en ese crimen final que resulta turbio y oscuro; desde la manera tan burda en la que se plantaron a testigos, hasta los señalamientos prefabricados y la desaparición de evidencias. Me ha parecido nefasta la actitud tan engreída de Kim Bum Joo, tanto como lo fue para el bueno de Lee, que ve con impotencia cómo la familia del chico con el que ha compartido sus transmisiones se va desmoronando a pedazos por culpa de las güarrerías de Kim y él no puede hacer nada para evitarlo, a pesar de que Park desde el presente le suplica que haga todo lo posible. Lee intenta —y vaya que lo hace— hasta lo imposible para limpiar toda la inmundicia creada desde la comisaría más pequeña hasta las altas cúpulas del poder pero no sin derramar hasta la última gota de su sangre en el proceso; y como en una broma macabra del destino lo mismo le pasa a Park en el 2015. Lee y Park jamás compartieron una escena juntos en nuestro tiempo, y sin embargo no la necesitaron, a través del anticuado radio de transmisión fuimos testigos mudos de una amistad que nació de la incertidumbre más pura hasta entablarse en un compañerismo obsesivo que los llevaba a cargar con el pesado artilugio allá a donde fueran, como un amuleto de la buena suerte, como un escudo inquebrantable con el que pensaban que podían mejorar las cosas; donde compartieron ideas, frustraciones y 2.5 litros de lágrimas entre casos torcidos por el paso de los años y sepultados por el polvo acumulado, esos mismos que se habían mantenido sin posibilidad de solución hasta que ellos llegaron. El episodio 13 es un noble homenaje a esa relación fraternal, y aporta un dejo de paternidad por parte de Lee cuando conoce en su realidad al niño del radio, a un pequeño Park, triste y solitario, que añoraba una buena torta de arroz cuando creía que la vida se le caía a pedazos. No, no fue necesaria ninguna conversación, ningún dialogo trillado, ninguna llamada de atención por salir ahí afuera a altar horas de la noche. Como lo dije antes, el entrañable Lee siempre fue más de acciones que de palabras. Acciones calladas y sin presunciones; honestas, como pagar la comida del pequeño esa amarga noche y de todas las que vendrían después de esa.

El episodio final fue bestial y la montaña rusa en la que te subes esos 90 minutos de gloria y frenesí te dejan la cabeza un poco hundida entre la confusión y la angustia. Se podría decir que la serie termina en un cliffhanger que de plano yo no me esperaba (porque ni sabía que los dramas coreanos tenían segundas temporadas), así que estuve a punto de infartarme. Con Signal al parecer están abiertos a esa posibilidad y sinceramente yo no soy nadie para negarme; de hecho ya tengo las palomitas en la alacena, los pañuelos para el llanto y tres tarros de helado de chocolate amargo en la nevera para cuando el momento definitivo llegue. Quiero ver más de Lee, y de Park y de Cha en mi pantalla. Quiero verlos sentados a los tres en el presente, con una sonrisa en sus labios, compartiendo unos tragos de soju y brindando por burlarse de la muerte, del pasado, del tiempo, y de la peste corrupta que los quiso desaparecer como si fueran desechos. Quiero verles luchar contra las alimañas que siguen ocupando cubículos y escritorios en las comisarías y acabar con los criminales oxidados que se esconden de sus propios crímenes. Porque en el fondo queremos creer que sí, que ahí afuera hay policías honestos que se dejan el alma y el cuerpo en su trabajo; que no ignorarán jamás el clamor de alguien que pide justicia; que van de puerta en puerta hablando con testigos; analizando pistas; contando casquillos; perfilando culpables; encontrado cadáveres de desaparecidos veteranos olvidados por el tiempo y carcomidos por la tierra.

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Completed
The K2
0 people found this review helpful
Aug 28, 2019
16 of 16 episodes seen
Completed 0
Overall 8.0
Story 7.5
Acting/Cast 8.5
Music 10
Rewatch Value 5.0
This review may contain spoilers
The K2 no me enganchó en ningún momento a lo largo de todo su primer episodio, ni siquiera a merced del segundo, y a esas alturas hasta pensé en la idea de pausar su visionado, pero me contuve por tres motivos: Ese “Yo no la maté” que escupe Anna en las calles de Barcelona me dió un escalofrío extraño y encendió un poquito mi curiosidad por sus primeros años, y lo vívido por Je Ha en Irak también tuvo su pega; pero fue el peculiar vínculo entre la empresaria Choi Yoo Jin y el político Jang Se Joon lo que me obligó a quedarme pegada en ese inicio tan accidentado. Pero el click definitivo llegó con el final del segundo episodio, ahí donde Je Ha le demuestra a Yoo Jin de qué tamaño es el rencor que guarda en su cabeza; que él ya no está para lealtades a banderas ni medallas en el pecho.

Choi Yoo Jin es una diosa, y de las grandes. De esas deidades temidas a las que hay que venerar y rendirle devoción cuando pasen a tu lado porque, si tienen ganas, te matan con la mirada sin pensarlo dos veces. Ella es la protagonista de la serie. Si ese era el objetivo o no de sus creadores eso ya es totalmente discutible, pero ella se roba cada escena con una grosería innegable y lo hace porque su trasfondo es más profundo y sus intenciones más explícitas. No olvidemos que es la esposa de un político. De perfil bajo y humilde pasado, pero con una personalidad que se intuye honesta, servicial y honrada. No deja de ser una fachada, claro está. Una actitud acartonada, previamente creada por el partido, para convertirlos a los dos (a él y a ella) en una pareja mesiánica que le haga ganar escaños en la Asamblea mientras dirigen el país con la mano izquierda. Porque si lo pensamos bien, Yoo Jin es el eje central de toda la historia; el punto único donde todos convergen, incluyendo a su propio esposo, que sólo es un títere puesto en escena para aparentar; para imaginar que todo está bien en ese tablero resquebrajado desde los cimientos.

Ella incluso se mantiene firme allí donde Park Kwan Soo se muestra tonto y cobarde. Con una flojera jodida y pastosa. Con una niñeria absurda que no cuadra con su edad. Él está solo en su camino a la presidencia (como si su Reina jamás hubiera existido), mientras Choi y Jang se juegan la cordura y el poco amor que les queda en la memoria para saciar una ambición que parece jamás mermar. Y no voy a esconder el hecho de que Jang Se Joon le faltó fuerza, pero por lo menos levantó la mirada y se contuvo íntegro donde su contrincante falló una y otra vez. Sin embargo es Choi Yoo Jin la que lo convirtió en el hombre que dice ser (para bien o para mal); a pesar de que él la usó para catapultarse en los cubículos de la política y se aprovechó del amor que le tenía para rodearse de gente poderosa y cínica. No deja de ser una estrategia estúpida; impulsada por una sed irracional de llenar su vacío existencial con eso, con algo tan mundano como el dinero y la posición social. Se Joon lo abandonó todo por un nivel profesional al cual al aspirar y la tristeza que un momento dado pudo haber sentido poco a poco la fue convirtiendo en ansias vagas; en realidades alternas donde pudiera ser alguien independiente; un hombre poderoso sentado en la cima de todos. Aunque sólo fuera para aparentar.

Sung Won es un niñato. Un malcriado, mimado y engreído muchachito que tuvo todo a sus pies y se la pasa bomba picándole las costillas a su media hermana sólo para divertirse un rato. Así fue como llegó a la presidencia del Grupo JB mientras que ella tuvo que dejarse las lágrimas en el camino para sentarse en su trono de cristal. Para ganarse a pulso y puesto lo que le tocaba por derecho. Aunque Sung Won se las da de intelectual, su astucia y temperamento no le rozan ni los talones a Yoo Jin y la templanza que recubre su rostro pétreo.

Escupamos la sinceridad que se resbalaba por la pantalla desde el primer episodio: Choi Yoo Jin estaba muy enamorada de Kim Je Ha. Pero muchísimo, oye. A un grado nauseabundo y enfermo, y sin embargo, sincero. Ella lo sabe, él lo sabe y nosotros lo sabemos. Por ellos dos me quedé pegada a la pantalla 16 episodios enteros. Por ellos estuve al filo de la ansiedad y por ellos me dolió cuando el drama llegó al final. Porque su vínculo fue muy extraño, pero genuino, y me atrevería a decir que incluso leal. Los dos tenían heridas profundas con cicatrices en la mirada, pero de diferentes orígenes y por circunstancias opuestas, y sin embargo fueron capaces de alcanzar un grado de comprensión que se transparentaba en un gesto, en un acto, en una frase. En el mismo nombre pronunciado con suma ternura por ella cuando le suplica que regrese con vida aunque él no sea capaz de matar a su acérrimo enemigo en aquella emboscada en la casa de seguridad. No guardaba Yoo Jin únicamente un amor maternal hacia Je Ha. Era un amor carnal; una tensión sexual que se respiraba hasta en su caminar. En esa sonrisa que le dedica justo antes de que las puertas del elevador se cierren frente a los dos. En esos momentos en los que ella era totalmente transparente. O cuando él intuye que algo anda mal en la reunión privada donde activó la alarma contra incendios y portó un paraguas para evitar que la golpeara la lluvia artificial (que suficiente tenía ya con los misiles que su familia le acaba de obsequiar) o justo después, cuando él le corrige la postura antes de salir y enfrentarse a la mierda de realidad que le espera en la superficie. Y lo curioso fue que éste no era un amor recíproco. Je Ha ya estaba muy perdido por Anna, pero guardaba hacia Yoo Jin un respeto por su persona que ella encontraba extrañamente agradable.

Porque a pesar de las decepciones que se le percibían en sus gestos todavía era un soldado recto. Un soldado verdadero. Pero el vínculo tan peculiar entre Choi Yoo Jin y Jang Se Joon fue más denso que el de ella y su guardaespalda. La tensión entre ambos nunca estuvo ahí y sin embargo era fácil percibir todas esas capas de experiencias amargas acumuladas en sus hombros. Ese cansancio perpetuo de aparentar ser la pareja perfecta frente un pueblo que se inclinaba ante su presencia. El autosacrificio de él en Cloud 9 fue la más grande y honesta prueba de amor que alguna vez le pudo ofrecer en toda su existencia. Fue también un acto de redención y disculpa por haberla tratado tan pésimamente mal y regodearse de ello en su cara (he hecho, era lo único que podía hacer; por todo lo demás estuvo atado de manos). Y no, no quiero justificar su actitud, ni señalar a ninguno. Los dos son unos enfermos de poder que prefirieron la muerte a renunciar a él. Su distorsión de la realidad, y la imagen que tienen de ellos mismos no dejan de resultar irónicas y deplorables. En ambos esa distorsión bizarra entre el odio y el amor se mezcló como una fórmula amarga que los acompañó en esa conmovedora despedida antes de refundirse en el infierno. Porque muy en el fondo sabían que se lo merecían.

Go Anna y Kim Je Ha son LA PAREJA de la serie ¿va? Se complementan. Están ahí para apoyarse en sus fallos y sus traumas. Ella por no haber visto tanto y él por haber visto demasiado. Ambos intentan encontrar su lugar en el mundo y se dejan el alma en ello, y la verdad es que se merecen el final bonito que tuvieron nada más porque ya se las habían visto muy negras en la vida como para aparte joderles más la existencia matando a uno de los dos. Ahora, creo que vale la pena señalar algo que se nota desde un comienzo y algunos parecen pasar por alto: The K2 no es un drama romántico; jamás se mueve por el ámbito sentimental sino por el de acción y política, así tal cual. Por eso se entiende que ésta pareja no sea la piedra angular de todo, sino un complemento. A pesar de que su felicidad sí fue una prioridad final, no deja de ser un recurso argumental. La fuerza de la historia recayó en los actores más veteranos y el trasfondo de éstos fue mucho más diverso y concienzudo que el de Anna y Je Ha. Y me alegro de ello, maldita sea. Aun así, su química fue adecuada y las escenas que compartieron juntos me parecieron de una ternura y una honestidad inmensas, lo cual nunca me cansaré de ver, a pesar de que creí que me costaría horrores alejarme de la imagen mental que tenía de Healer y sus personajes tan adorables. Sin embargo, admito que Anna jamás la sentí como protagonista, y eso fue en parte porque su personaje tardó mucho (muchísimo) en despegar, y cuando lo hizo siguió siendo muy tiesa, robótica y sumisa. No creo que el problema sea de Yoona, la chica que la interpreta, sino más bien de sus creadores. Anna, al igual que su padre, sólo fueron títeres de los hermanos Choi, que eran muy superiores a ellos respecto a astucia y posición. Y eso es algo que se entrevé desde un comienzo. Me hubiera gustado que brillara más por iniciativa propia, que no fuera únicamente una princesa en apuros esperando al caballero que la salvara de la bruja malvada y la sacara de ese castillo infernal en el que vivía recluida. Pudieron hacerla más valiente, menos traumatizada por las experiencias pasadas, aunque su actitud introvertida, junto con su fobia, concuerdan con su truculento pasado y la imagen de su madre muerta por sobredosis de somníferos y alcohol. Es Je Ha quien la saca de su prisión mental para recalcarle (y enseñarse a sí mismo) que se puede ser feliz en medio de ese calvario miserable. Fue una ayuda mutua y pausada que me pareció una delicia de ver.

El OST me ha parecido soberbio como pocos y posiblemente uno de los puntos más fuertes de la serie. Guarda la esencia y el equilibro perfecto entre lo clásico y la acción logrando así compenetrarse de manera estupenda entre cada escena con una fuerza descomunal para convertirse con facilidad en un protagonista más.

Jamás me quedó muy clara cuál era la relación personal entre la empresaria Choi y la jefa Kim pero oye, yo las shippeo desde el primer episodio. Me hubiera gustado que se profundizara más en su relación. En cómo ella llegó a ser su mano derecha. Ya sabemos que Yoo Jin nunca tuvo a muchas personas en su círculo cercano y las poquitas que estuvieron a su lado fueron miembros del selecto grupo de Cloud 9, así que su relación me pareció muy peculiar y extraordinaria.

Song Yoon Ah es mi líder espiritual. Así tal cual.

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Completed
You're All Surrounded
0 people found this review helpful
Aug 27, 2019
20 of 20 episodes seen
Completed 0
Overall 7.5
Story 7.5
Acting/Cast 8.0
Music 7.5
Rewatch Value 5.0
This review may contain spoilers
Cuando andaba buscando un pedacito de tranquilidad para sumergirme después de ver Signal —y darme cuenta que me dejó con una ansiedad monumental invadiendo mi cerebro— fue cuando me topé con You Are All Surrounded y me la vendieron como una comedia policial en cualquier lugar donde busqué reseña disponible, pero lo cierto es que yo lo de comedia nunca se lo ví. Sin embargo, dejé pasar el desliz muy disimuladamente y me quedé viendo hasta el final por dos motivos 1) Lee Seung Gi y 2) el primer episodio me enganchó. Así que, por azares del destino y caprichos míos, terminé líada en otra serie con el rebuscado asunto de la policía corrupta en su doceava versión corregida y aumentada. Pero miren, ustedes no están aquí para escucharme ni yo para quejarme, y como drama de transición me gustó mucho. También vale destacar que You Are All Surroundend es muuuy ligera comparada con la densidad que se respiraba en Signal; más oscura y pesada que cualquier otro drama que me haya caído encima y eso, de cierta manera, lo agradezco profundamente. Aunque personalmente sentí que falló en cuanto a guión y profundidad de personajes, tuvo sus momentos de lucidez, la trama en sí nunca decayó y hasta el último episodio los giros argumentales fueron exquisitos.

Eun Dae Goo presenció a los 15 años el asesinato de su madre mientras él se escondía bajo la cama sin poder articular algún sonido; el suceso en sí lo traumatizó a tal grado que en el presente no puede dormir sin una luz ligera o la televisión encendida apuntando por algún lado de la habitación. Y en cuanto a carácter el crimen también dejó estragos: callado, tajante, ufano y seco sus silencios terminan exasperando a su jefe con más regularidad de la que nos gustaría. Aunque en un principio este no sospecha de la actitud del chico hacía él y el vínculo del pasado que los une por la muerte de su madre, no tardará mucho en darse cuenta.

Seo Pan Suk es una leyenda viva dentro de la organización policial; como detective sus tácticas y persistencia en el campo de investigación son innegables (aunque las vemos muy por arriba, sin jamás explicarnos cuáles son) pero tiene un carácter endemoniado y errático, producto de todo lo jodidamente mal que la ha pasado en esta vida. La noche que fue asesinada la madre de Dae Goo también fue dolorosa para él pero por diferentes motivos, los cuales también involucran a su entonces esposa Kim Sa Kyung, actual encargada del Equipo de Personas Desaparecidas. Aunque en un principio detesta a los cuatro chicos que la jefa Kang pone a su cuidado poco a poco les comienza a tomar aprecio, gracias en parte al jefe de brigada Lee y las situaciones que los pobres tienen que pasar para poner a prueba la paciencia de cualquiera.

Los otros tres novatos son Uh Soo Sun, una chica que creció en el mismo pueblo que Dae Goo, Ji Gook un joven nerd que no sabe muy bien qué hacer con su vida y Park Tae Il, un niño rico y bien vestido cuyas aspiraciones en el pasado estaban muy lejos de ser detective.

Como mencioné más arriba: vine por la comedia y me quedé por la trama. El primer episodio es introducción pura a los personajes principales y una visión general *y algo superficial* a los eventos del pasado, pero conforme la serie avanza aquello adquiere matices oscuros apoyados en giros inesperados. La historia en sí nunca decae, pero el guión me quedó debiendo mucho. No voy a mentir al decir que hay diálogos buenos y tuvo sus momentos memorables aquí y allá, pero cuando tú metes a seis personas en una escena esperas que exista una lluvia de ideas donde se derroche la inteligencia y la diversidad de cada uno, no sé, algo más que dos o tres palabras por persona. Y me declaro fan total del Equipo 3, del jefe Seo y del tío Lee, pero me hubiera gustado ver más de ellos, tanto a nivel personal como laboral; dentro de lo que cabe todo quedó muy por encimita y quizá por eso sentí un vacío cuando terminó.

Kim Sa Kyung y Seo Pan Suk. A esta pareja se le podía haber sacado mucho jugo pero, aunque hicieron el intento de profundizar en ellos, no lo consiguieron tan bien como deberían. Y ya para el final como que se olvidan un poquito de estos dos para centrarse en el tema principal, pero por suerte retoman su situación para el cierre. Aun así hubiera sido un deleite que les dieran más espacio para explorar ese pasado tan complicado que tuvieron y que de cierto modo marcó de manera permanente su relación hasta la actualidad.

La jefa Kang Suk Soon ha sido de lo mejor. Llegó un punto en la historia en el que sentí que era una traidora y un episodio después la veía como una víctima. Me ha costado lo mío decidirme si quererla o guardarle cierto resentimiento por cómo hizo las cosas desde el principio, pero el temple y la determinación, además de su amor innegable a su profesión, son dignos de reconocer, y creo que al final todos fueron capaz de ver el panorama de una manera mucho más general lo que terminó de determinar su imagen a un lado positivo.

Conforme el drama avanzaba comencé a extrañar los efectos visuales del principio. Dae Goo tiene memoria fotográfica y gran parte de eso fue lo que les ayudó a resolver uno de los primeros casos que les fueron asignados, por lo que ciertos efectos eran puestos en la pantalla para que te dieras cuenta de cómo era que él veía y deducía las cosas, pues de repente así sin más, esto despareció y la situación perdió un poco el encanto.

Los villanos también tuvieron su oportunidad de brillar y a su manera lo hicieron bien: Yoo Moon Bae entra como el congresista aparentemente intocable que ha olvidado cuáles fueron sus orígenes. Me encantan esos enemigos del orden que parecen estoicos, incapaces de levantar la voz porque con un sólo movimiento pueden hacer arder el mundo, pero cuando sus muros de resistencia se derrumban entonces sí, se ponen a lanzar jarrones al suelo y tazas contra la pared y le gritan hasta a la maceta que tienen al lado. El simpático de Moon Bae es uno de ellos. Su hija es la villana en el cuento equivocado, pobrecica, al final me ha dado un poco de pena que sólo haya sido un vil títere para su padre durante más de una década y la mujer apenas se dió cuenta, pero como es una estúpida grosera pues mira, se merece eso y más. Sobra decir que el verdadero motivo del asesinato de la mamá de Dae Goo da mucha pena y vergüenza.

El encargado de la División de Detectives, el imperturbable Cha Tae Ho, fue quien más me hizo reír. Mira que se necesita talento para ser un pesado de pies a cabeza y además tener el suficiente mal humor para que nadie te tome en serio, pero él lo consiguió bastante bien y a base de arrebatos de ira y supersticiones al por mayor logró ganarse un lugarcito pequeño en mi corazón.

El final fue satisfactorio, en realidad. Tampoco es que se viera desde el principio que esto no fuera a terminar bien, siendo una comedia tiene que terminar bien ¿no? Personalmente la recomiendo para quien no sea demasiado exigente con un drama. Es sólo para pasar el rato y para ver a Lee Seung Gi.

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Completed
Uncontrollably Fond
1 people found this review helpful
Aug 27, 2019
20 of 20 episodes seen
Completed 0
Overall 7.5
Story 7.5
Acting/Cast 9.0
Music 8.5
Rewatch Value 2.5
This review may contain spoilers
Uncontrollably Fond me ha decepcionado un poco. Pero aclaremos: una vez más es culpa mía y no de la serie, ni de la calidad de su producción (que dicho sea de paso ha sido muy acertada). El drama no es malo, para nada. De hecho, fue quizá uno de los mejores que hubo en su momento. Me ha costado un poco de esfuerzo adaptarme al ritmo, y la línea de tiempo al inicio también tuvo sus pegas, pero no por eso me atrevería a juzgarlo de manera precipitada, o peor aun, decir que no me gustó.

El peso de la historia no se basa ni siquiera en la agonía de Joon Young sino en un evento del pasado —como casi siempre sucede en los dramas— que involucra a un reconocido fiscal, que casualmente es el padre de él, pero el señor no lo sabe porque la madre soltera jamás se lo dijo y crió al hijo en su soledad y en su pobreza. El fiscal en cuestión se ensució las manos de corrupción cuando la hija de un poderoso arrolló con su auto al papá de No Eul y este falleció días después en el hospital (su muerte me supo a poco, la verdad; le faltó feeling) y No Eul al enterarse de esa sucia maniobra decide sabotear la campaña del fiscal a toda costa, cosa que pone en alerta a Joon Young y a su medio hermano Choi Ji Tae (al que no conoce, ni es tampoco su medio hermano), y cada quien por su lado stalkea a la chica para evitar que revele información comprometedora sobre el padre de ambos.

En medio de este forcejeo invisible Joon Young hace una maniobra arriesgada al robarle a ella el material que amenaza con divulgar y No Eul termina golpeada por otro auto, sufriendo casi el mismo destino que su padre, pero logrando sobrevivir (incluso tuvo un paro cardiaco en el quirófano y tal, muy fuerte todo). En ese punto de la historia se separan, y cada quien hace con su vida lo que le viene en gana: ella se convierte en una directora de documentales que ansía cualquier cosa que destile dinero para pagar a los usureros que prestaron dinero a su papá. Él abandona su idea de convertirse en fiscal y consigue ser un afamado artista Hallyu. Y el medio hermano, el tercero en discordia, lleva una doble vida donde vela por la estabilidad de No Eul haciéndose pasar por alguien tan económicamente pobre como ella, mientras que por otro lado maneja, junto con su madre, una empresa de renombre y su padre le arregló un matrimonio con la chica que mató al papá de No Eul (el matrimonio estaba arreglado desde antes del accidente, por supuesto).

Vaya drama, ¿no? Vaya lío. Lo de Uncontrollable Fond sí que es un triángulo amoroso marcadisimo desde el principio: Joon Young está enamorado de No Eul, pero a ella le gusta Ji Tae porque siempre ha estado ahí para apoyarse en él, además cuida de ella y de su hermano menor, pero Ji Tae siente que no merece a No Eul, tanto por lo sucedido en el pasado como por el hecho de tener esa doble vida que ella desconoce totalmente en la que ya está comprometido en matrimonio con una chica a la que no ama. A Jung Eun no la meto aquí, porque pobrecita, como personaje me ha dado muchísima pena. Creo que un maniquí o un títere nos habría sido de más utilidad a pesar de la tarea tan marcada que traía desde el principio. No deja de ser la niña mimada de papá que lo tuvo todo siendo jóven y exige todo siendo adulta, aunque no tiene ni un pelo de tonta y para ser sincera es bastante astuta. También sabe cómo utilizar esa astucia para su propio beneficio, ya sea picándole las costillas a Ji Tae con verdades amargas que le carcome la conciencia o poniendo cara de nuera ideal ante sus suegros a la primera oportunidad. Se agradece que la hermana-fanática, aun en su locura, tenga esos aires de sentido común para darse cuenta que una cuñada tan perfecta no puede ser normal.

Una vez expuestos esos tres o cuatro asuntos que tienen sus repercusiones en la actualidad, el panorama se limpia un poco y la estructura narrativa mejora.

También me la he pasado rechinando los dientes la primera mitad de la serie porque me enerva un poco la sangre ver cómo le caían insultos por parte del fandom a Shin Young Ok, la madre de Joon Young, a la que no bajaban de ser una mujer despreciable y egoísta, mientras se quedaban taaaan anchos con las palabras dichas; sólo para después darle una lluvia de elogios al chico, porque él es perfecto, y tierno, y ama a No Eul desde su juventud; y su propuesta durante la filmación del documental fue muy romántica: ¡Ah! Eso de vivir un romance apasionado durante tres meses es tan precio... ¡STOP! Detengan el auto porque así no va la cosa. No defenderé a la madre de Joon Young sólo porque sí, la mujer está tan cegada por la rabia que toma como escudo a su hijo para convertirlo en fiscal —nada más porque le nace de las entrañas— y para poder pararse frente al padre del muchacho y restregarle en la cara que ella sola pudo criar a un ser humano hecho, derecho y leal. Un ciudadano digno producto de una madre soltera que se partió el lomo y la vida para que su futuro fuera brillante y prometedor. Sí, es una actitud sumamente egoísta, pero eso no la hace ser una mala persona. También ella se siente traicionada porque el chico le prometió que sí, que sería el fiscal ideal que lograría defender a los que no tenían recursos y ponerse del lado de los que nadie miraba, y él, al final, se pasó todo por el forro sin decirle nada a ella e hizo lo que quiso. Eso también es sumamente egoísta. Pero más egoísta aún es querer montar una apasionante relación sentimental por tres meses con una chica que no sabes si todavía te quiere y sin decirle en ningún momento que te estás muriendo.

La peculiar relación de Joon Young con su madre ha sido la que más he disfrutado. Sí, incluso más que la relación tan accidentada con No Eul. Y ve tú a saber por qué. Para ser sincera, a mi me fascina muchísimo ver a la actriz Jin Kyung en pantalla, sobre todo en papeles como este, donde toma la imagen de una mujer con muchos matices, más de los que se podrían intuir en un principio, y convierte su cuerpo y su mente en un templo donde convergen infinidad de experiencias difíciles o sensaciones asfixiantes, pero que ella siempre calla con rectitud.

Joon Young no es imbécil y la paciencia hacia su madre es infinita: entiende que ella está molesta por su actitud en su juventud y que al pasar los años aquel rencor se añeja y se refuerza ante cada situación donde él hace acto de presencia. Es un sabor amargo que aspira a la perpetuidad y que siempre viene mal disimulado en una negativa a servirle su plato favorito, gritarle tres tonos más arriba que a los demás, colgarle el teléfono cuando le llama, ignorarlo como si todo el mundo existiera menos él, negarlo tres veces antes de que cante el gallo al amanecer, etc. Pero creo que no necesitamos leer entre líneas para saber como espectadores lo que Joon Young sabe como hijo: Ella lo quiere —aunque se repita mil veces la mentira de que no—, y nunca ha dejado de hacerlo. Porque, podría ponerse seria cuando lo ve y tragarse la bilis acumulada durante lustros, pero entiende que el chico sigue siendo una persona buena en esencia, quizá demasiado absorbido por su profesión y por su fama, oculto entre la presunción y la riqueza, pero jamás sería capaz de dañar a nadie y ella siempre lo ha entendido, a pesar de las constantes decepciones a lo largo de los años. (De hecho, la escena final que compartieron me ha dejado lloriqueando como nenaza).

No Eul me quedó debiendo madurez. Creí que la muerte de su padre le daría un golpe en la conciencia que le ayudaría a espabilar un poco y la obligaría a poner los pies en la tierra de una vez. Pero no. Vamos, ni siquiera el accidente que casi le cuesta la vida le sacudió la mente adormilada. No le negaré el derecho sobrehumano que hace para poner un plato de comida decente en su mesa, ni tampoco el amor que siente hacía su hermano, pero esa actitud aniñada que tiene de nacimiento le sigue como una sombra incluso en la actualidad y eso le resta una seriedad necesaria como personaje protagónico. De vez en cuando hasta la sentí muy plana, sin tridimensionalidad, casi absorbida por el ambiente. Quizá es una exigencia mía exagerada, culpa de mis altas expectativas, pero a ella, únicamente por las circunstancias vividas, se le pudieron exprimir miles de posibilidades. Sobre todo como documentalista, la deuda con los usureros y esa inestabilidad emocional que le sigue desde que quedó huérfana y tuvo que aprender a ganarse cada migaja de pan con el sudor de su frente. Todo eso se obtiene a base de experiencia, pero también de sacrificio. Sí que es muy bonito que se preocupe por la alimentación de su hermano o por tratar de limpiar su reputación a las nueve de la mañana después de que Joon Young hizo con ella lo que quiso arriba del escenario (y una horda de fanáticas casi la queman en leña verde), pero a pesar de eso su pasividad me resultaba abrumadora y no la he terminado de entender en lo absoluto. Además, el triángulo amoroso que se traen a cuestas la primera mitad del drama puso mi paciencia hasta el límite entre tanto andar en glorieta, terminando en el mismo lugar donde comenzaron y sin ver a dónde conducirá todo eso.

Al que me costó mucho entenderle su estrategia de juego fue a Ji Tae. Entiendo que le tenga gran estima a su papá, aunque éste no sea biológico, y cargue con el resentimiento de sus deslices en el pasado, pero estuvo al lado de No Eul desde hace varios años mintiendo deliberadamente sin detenerse a pensar cinco minutos que tanta atención hacia ella podía derivar en un interés más personal que el de la mera amistad. Quizás eran mentiras piadosas, creadas con el remordimiento de saber que su padre no era una paloma de la paz, justa y honesta, cuando se trataba de proteger a un político. Pero esta doble vida que llevó durante tanto tiempo me ha resultado un poco pretenciosa, juzgando desde la perspectiva de saberlo heredero absoluto del imperio de sus padres, y entendiendo que sus relaciones amorosas a veces estaban dictadas por el destino, el bienestar y la perpetuidad de la familia y no por lo que a él le naciera del corazón. De hecho, él es muy parecido a su madre. Ésta mujer sí que tiene cola que le pisen. A pesar de ser chantajeada por el cuñado como si fuera una atracción mecánica, Lee Eun Soo sabe que varios errores cometidos antes han sido culpa suya. Y sus silencios, la manía absurda que tiene de callar cuanta información le caiga en las manos, es la que la tiene en ese perpetuo estado de alerta del que le cuesta mucho reponerse. Y la verdad es que se lo merece, por soberbia. Pretendiendo retener algo que sabe bien que no le pertenece. A eso hay que agregarle el hecho de que el fiscal Choi Hyun Joon no tiene la menor idea de que tuvo un hijo con Shin Young Ok, en parte porque Eun Soo no se lo quiso decir. Por eso no entiendo el motivo de su enojo cuando él acompaña a su hija al concierto del muchacho o cuando la lleva a la alfombra roja de la premiación.

Y aunque la mitad del drama mejora en cuanto a argumentación, no puedo decir lo mismo de la pareja principal, que me quedó debiendo tres leguas de romance y dos toneladas de escenas cuquis al por mayor. De verdad hubiera deseado que la relación sentimental entre Joon Young y No Eul fuera más profunda y más extensa. Digo, detengámonos a pensar un momento y miremos en retrospectiva: la serie se llama Uncontrollably Fond ¿y qué? ¿Cuándo le vimos a estos dos esa cualidad? De hecho, ¿cuántos momentos tiernos compartieron juntos? ¿cuántos fueron sólo la imaginación de No Eul? ¿En cuántos de esos momentos uno de los dos no estaba dormido? ¿o cuántos de ellos no se vieron afectados por los desplantes de él, los sufrimientos de ella o por la demencia que le empezó a invadir en sus últimos días? Esta pareja me recuerda a la de City Hunter, sobre todo en el arco final, donde el protagonista hacía hasta lo vomitable para alejar a la chica de él para no herirla más de lo debido; pero por inercia pasó justo lo contrario y la prepotencia y la frialdad de Joon Young no la he podido digerir en lo absoluto. Pero terminó siendo aún más grotesco ver a No Eul hundida en un dolor absurdo, victimizada por todos lados y atontada por la falta de comprensión de los que la rodeaban. La mujer apenas podía mantenerse de pie cuando era vapuleada por los cuatro costados, oye, eso es masoquismo. Si a eso le agregamos el romance ficticio que se montó Joon Young con Jung Eun para exprimirle la confesión del crimen cometido en su juventud pues vaya truño, ¿eh? Hay mil maneras diversas de consumir el valioso tiempo en un drama sin necesidad de dañar sentimentalmente a la protagonista principal de una manera tan barata y triste. Salvo el último episodio el resto de su tiempo juntos me ha parecido muy poco memorable. Y eso es lamentable.

La trama ajena a ellos ha brillado aún más y eso lo agradezco, sino hubiera sido por ella no me hubiera atascado los dos meses de visionado que han caído sobre mi. Las cosas se resolvieron de manera justa y coherente, aunque no puedo dejar de pensar que la mamá de Ji Tae se merecía un final más perverso, sólo porque sí (por ser tan perra). En un mundo utópico, en un mundo de colores y piruletas, los años pasarían y Ji Tae iría tras No Eul y dejaría de lamerle las botas a Jung Eun junto con toda su corrupta miseria. Es un autosacrificio que me sabe rancio y falso, porque ni siquiera en ese escueto flashback que vemos en el último episodio la química entre ellos se asomó con timidez. La hermana de Ji Tae y el hermano de No Eul harían bonita pareja también. La relación entre No Jik y Choi Ha Roo fue peculiar, pero el esfuerzo para que brillaran pudo ser mayor para que éste no quedara tan seco. Al final habría sido un tanto absurdo que ambas parejas de hermanos terminaran juntos, claro, pero también tuvieron su encanto a pesar de los malentendidos y el humor ensimismado de los dos. En fin, si les gustan esas series donde la pareja principal casi nunca está junta, o cuando lo están la pasan fatal, esta es definitivamente la serie que les gustaría visualizar... ¿Saben qué? A estas alturas agradezco que no hayan profundizado aún más en su relación porque entonces sí, ese final me hubiera obligado a votar los tres litros de lágrimas que se me atascaron en los ojos hace unas horas.

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Completed
Blood
0 people found this review helpful
Aug 27, 2019
20 of 20 episodes seen
Completed 0
Overall 6.0
Story 5.5
Acting/Cast 5.0
Music 5.0
Rewatch Value 1.5
A pesar de que los vampiros nunca me han llamado demasiado la atención tengo que confesar que la trama de Blood prometía. Un vampiro convertido en cirujano tiene su atractivo, ¿no? Sabes que las cosas en algún punto se saldrán de control y quieres estar ahí para atestiguar la guerra.

El problema que tuve con esta serie es que jamás sentí que despegara. Allá por el episodio 6 ó 7 llegó a su cima y de ahí la caída fue estrepitosa. La trama queda estancadísima entre los malos malísimos y los buenos buenísimos. En las aras de una comedia esto no tendría problema, pero en el género dramático eso ya raya la grosería. Las personas (y los vampiros) no son sólo blanco y negro; carente de matices y profundidad. Si los haces así puedes llegar a aburrir a la audiencia.

La estructura de los personajes me pareció terrible, faltos de empatía y medio robóticos, casi justificados por las jerarquías del hospital. Sin embargo, no ha habido drama médico que me deje con esa sensación de vacío ante la poco profundidad de sus protagonistas. Por eso no me siento nada confiada en criticar el nivel actoral de Ahn Jae Hyun ni de Koo Hye Sun, porque sus personajes no hay ni por dónde tomarlos. A ella no la había visto actuar antes, pero a Ahn Jae Hyun sí, en "You're all Surrounded" donde su personaje dice tres diálogos por capítulos y la mayoría son malos. Así que mis expectativas no eran tampoco muchas.

Quizá el mejor ha sido Ji Jin Hee como el doctor Lee Jae Wook, que es un pedazo de actor hecho y derecho; veterano y con una carrera ya consolidada, pero cuyo papel de villano se queda cortísimo ante él. Otra actriz a la que admiro muchísimo es Jin Kyung (que en Pinocchio y It's Okay, That's Love era maravillosa), pero tampoco hay mucho que resaltar de su personaje, ensombrecido por la sumisión que le otorgaba su puesto.

A juzgar por las reseñas que estoy leyendo, es un drama bastante dividido, entre quienes lo aman y quienes lo odian. Yo aconsejaría darle oportunidad a los primeros episodios y ver hacia donde apunta el camino.

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Completed
Stranger
1 people found this review helpful
Aug 27, 2019
16 of 16 episodes seen
Completed 1
Overall 10
Story 10
Acting/Cast 10
Music 10
Rewatch Value 10
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Ya con leer la sinopsis sabemos que los elementos que forman la trama no necesariamente brillan por su originalidad. En ese aspecto, Stranger no ofrece absolutamente nada novedoso. Nada que no hayamos visto antes. Sin embargo, es la forma en la que plantean el conflicto y lo resuelven lo que logra equilibrar esa balanza donde se sostienen sus rebuscados elementos.

El punto fuerte de Stranger reside en su argumento lineal y en un arranque aparentemente sencillo. El primer episodio es también el que sirve de cimiento para todo lo demás. Una mera introducción discreta a personajes y escenarios que más adelante se agrandan en un atlas argumental más complejo. Y es que, de hecho, el asesinato que se comete aquí, se resuelve con una rapidez inusitada y sin una sola traba, lo cual me resultó bastante extraño (¿entonces qué era lo complicado en todo esto?). Tenemos el juicio final y una sentencia que se veía venir por inercia. Nada novedoso, nada sorprendente. Lo que parece ser un recurso reprobable y típico ante un asesino acobardado se convierte en el punto cumbre donde la ebullición de la corrupción gubernamental sale a flote. La duda base es planteada aquí en el espectador, ¿de verdad han sentenciado a una persona inocente? El suicidio de Kang Jin Seob en las frías celdas de la prisión junto con su carta póstuma se convirtió en un efecto mariposa que se extendería dos meses y haría caer en el proceso a figuras públicas de renombre en la sociedad coreana. Pero el caso del asesinato de Park Moo Sung no tendría la repercusión que tuvo si el fiscal Hwang Shi Mok hubiera estado fuera de escena en el momento más adecuado.

Hemos visto a muchísimos personajes como Hwang Shi Mok en el ámbito televisivo. Últimamente se puso de moda presentar a protagonistas así, sumamente inteligentes, superficialmente fríos y aparentemente protegidos de todo tipo de emociones que, si no fuera por su moralidad innata, fácilmente serían catalogados como sociópatas. Jamás se especifica qué tipo de trastorno mental desarrolló en la infancia. A grandes rasgos parecía tener una especie de hipersensibilidad sensorial, por lo que ciertos estímulos externos provocaban en él una reacción agresiva que fue tratada con una cirugía cerebral que le desconectó las emociones. Sin embargo, su inteligencia connatural quedó intacta.

El oponente más directo del fiscal Hwang es Seo Dong Jae, un colega suyo que trabaja en las mismas oficinas del Oeste de Seúl y que poseé todas las herramientas sociales y laborales que Shi Mok jamás podría tener. Sin embargo, estos también son sus puntos débiles. Eso, aunado a una altivez atípica que disfruta al regodearse de sus hazañas, dan como resultado una mediocridad estratégica que provoca recaídas constantes en su avance a lo largo de todo el drama.

La teniente Han Yeo Jin se nos presenta como una mujer única en el cuerpo policial de Seúl. Adicta a su profesión en cuerpo y alma; con un corazón de oro y una bondad natural que se le resbala por la cara. Un espíritu libre y terco, con un raciocinio intacto, una inteligencia portentosa y una dulzura que se contrapone de golpe a su placa y pistola; porque ante todo, ella está ahí para hacer cumplir y respetar la ley. No le tiembla el pulso para echarse a correr por las calles de la ciudad y mucho menos para sacarse las esposas persiguiendo a presuntos asesinos. No está hecha para matices medios ni justificaciones absurdas. Así se presenta ante Hwang Shi Mok y así es como él percibe su primera apariencia. Anda por la vida regalando dibujos a sus colegas y cuando no va por ahí combatiendo el crimen, igual le da asilo a una anciana a la que le acaban de matar al hijo o una cátedra sobre Astroboy y Derechos Humanos al colega novato en turno. Y todo le sale de maravilla; porque ella es así de perfecta.

De esa manera no dudé en pensar que Yeo Jin y Shi Mok en algún punto iban a reñir, al ser totalmente incompatibles y al utilizar métodos de trabajo tan dispares (ella apela más a la empatía con los involucrados y él al frío raciocinio). Salvo por su honestidad, amor a la verdad y curiosidad innata, ambos son polos opuestos condenados a diferir. Y sin embargo, se entienden. Y sin embargo, algo, no sé qué exactamente, hace un clic instantáneo al poco tiempo de conocerse. Resultó inesperado, por supuesto, porque estaba convencidisima que a él le iba a irritar la sociabilidad de ella y ella se hartaría de su aparente insensibilidad, pero de hecho, no tardaron en formar el vínculo más honesto y puro de toda la serie. No hubo entre ellos mentiras de por medio, ni giros inesperados, ni puñaladas por la espalda, ni decepciones a largo plazo, ni señalamientos infundados; ni siquiera discrepancias. Él jamás le recriminó su comportamiento; ella jamás intentó cambiar su esencia. Al contrario, supieron equilibrar la balanza de sus ideas para lograr un bien común y eso es digno de reconocerse.

A través de Yeo Jin vemos esos matices y microexpresiones de Shi Mok que de otra manera habríamos pasado de largo. Vemos la maravillosa evolución de un personaje extraordinario sólo a través de sus ojos. La indiferencia de él en sus primeros encuentros fue algo que causó cierto desconcierto en ella, pero a la cual consiguió adaptarse rápidamente. Al poco tiempo descubriría a través de la televisión que su peculiar infancia fue lo que forjó esa coraza extraña que lo convirtió en un individuo solitario y silencioso. Mientras el resto lo veía como un ser insensibles, psicótico y con fuertes rasgos antisociales, Yeo Jin se quedó con él para luchar contra todos y desde el mismo lado. No necesitó tanta astucia para percibir una melancolía extraña que ella encontró agradable. Ni tampoco tanta perspicacia para tachar su nombre de la lista de sospechosos. Le bastó con pasar una noche con él por las calles de la ciudad para darse cuenta del grado de devoción que Shi Mok le tiene a su profesión. Jamás lo vio ella como un robot preprogramado para hacer o actuar, sino como un individuo leal a sus convicciones y sobre todo, noble y puro en medio de un mar de colegas con muy poca vergüenza y menos cortesía.

Fue ella quien lo trató como un igual; poniéndose a su nivel para debatir ideas y compartir investigaciones. En ese insensato mundo de impunidad donde ambos se desenvuelven los cubrió siempre un manto de idealismo extraño de mutuo entendimiento que es donde siempre recayó la fortaleza misma de la serie. En esa amistad tan peculiar donde ella mira donde él no puede y donde él la orienta allí donde la emotividad de ella se lo impide. También es palpable el comportamiento tan diferente de Hwang Shi Mok cuando está con Yeo Jin. No se necesita mucho esfuerzo para darse cuenta de que su actitud es totalmente distinta que con cualquier otro individuo con el que lo vemos interactuar a lo largo de todo el drama. Es hermoso ser testigo de esa transformación tan peculiar, donde ese broquel moldeado con los años que ha utilizado sin descanso para protegerse del resto, se esfuma en un instante al estar ella a su lado. No, lo suyo no es trivial romanticismo, esta no es una serie que se preste para ello, y me agrada que hayan llevado hasta el final esta relación sin caer en clichés de por medio. Ellos están por encimas de todas esas cosas. Lo suyo es más una amistad genuina entre dos individuos cabales y sinceros que una relación apuntando hacia el enamoramiento- Y ahí donde están, donde los dejaron, están muy bien.

La manera de revelar a los presuntos involucrados en el asesinato de Park Moo Sung es una gozada total. Y precisamente ese estilo narrativo fue también lo que consiguió darle una profundidad mayor a la serie. Sabemos que Moo Sung fue asesinado por su declive como proveedor de todo tipo de mercadería turbia en el bajo mundo de la corrupción política. Además de eso, sabía demasiado de figuras poderosas dentro y fuera de la fiscalía y la policía. Era un peligro latente tenerlo vivo. En este acertijo turbulento donde todos parecen culpables de asesinato en primer grado y todos parecen tener también un motivo justificable para hacerlo, se desprenden tres figuras bases asentadas desde un inicio: el presidente del Grupo Hang Lee Yoon Bum, su única hija Lee Yun Jae y el esposo de esta ⚊jefe también de Shi Mok⚊ Lee Chang Joon.

Como espectadores nos presentan a presuntos autores intelectuales para después abrir paso a los posibles candidatos a cometer el primer crimen por aquellos que están muy por encima de la Ley. Junto a ellos, se escabullen como ánimas en pena, otros personajes ajenos al proscenio, y en la marcha es muy fácil descartarlos como cómplices porque no se ahonda más en sus vidas. Y es que, una de las claves en la narrativa de Secret Forest es que no hay cabida ni un minuto para el relleno argumental, si te presentan algo en la pantalla es porque tarde o temprano de algo te servirá saberlo. El único que logra evadir este molde es el secretario del director Lee y casualmente el responsable de la muerte de Eun Soo. Su culpabilidad recae por inercia al ver que fue él quien entró al departamento de Shi Mok para dejar aquel traje despedazado colgado de la pared. Aun así, la estrategia de aturdimiento que juegan con nosotros para responsabilizar al jefe de sección también merece su mérito. Llega un punto en el que uno no sabe si va por ahí estropeando la escena del crimen a propósito o es que de plano está en un shock traumático por ver cómo todo se le iba de las manos y de paso terminó asesinando a una persona inocente.

El último giro argumental, y el que yo considero mejor de todos, ha sido la redención de Lee Chang Joon en el capítulo final. Me ha parecido un personaje soberbio desde el principio. En series así siempre se juega con el pasado del villano para demostrarnos que en sus primeros años era un cordero bondadoso que con el paso del tiempo ⚊y conociendo el mundo en el que optó vivir⚊ se da cuenta de que para sobresalir debía dar la espalda a idealismos varios y dejar la ingenuidad a un lado. Chang Joon no difiere de todos ellos salvo por el detalle de que, al caer él, se encargaría de llevarse consigo a toda la mugre que le rodeaba en el proceso. Lo suyo fue una especie de guerra silenciosa, donde quedó justo en medio de dos bandos contrarios. Como pariente político de un empresario ponzoñoso, caer en las garras de lo impune o lo ilegal parecía un proceso de inercia, y por otro lado, el hecho de ser fiscal debía obligarlo a hacer prevalecer la justicia sobre todo lo demás. No se le puede negar el perdón a una persona que sacrificó su vida y su carrera para señalar con una espada a aquellos que lo orillaron a la perdición (y que de paso jodieron a todo el país) ¿no? Con su inmolación desde aquel edificio caerían también las intocables figuras de empresarios y funcionarios públicos. Y sin embargo, Shi Mok no ve todo monocromático, ni blanco ni negro, a pesar de que éste hombre fue su maestro y mentor. Lo señala también como criminal, cómplice, asesino, embaucador y monstruo. No se convence a sí mismo de ello sino que se lo dice directamente a los ciudadanos frente a las cámaras de televisión.

Y en el fondo Lee Chang Joon lo sabía. Sabía que al final convertirse en anti-héroe tendría sus pegas fuertes, por eso también, mucho tiempo antes, había visualizado su destino y no quería estar ahí para ver cómo todo se convertía en polvo. Su suicidio fue también su reconquista como ser humano. Su convicción al creer que hizo lo que pudo cuanto estuvo en sus manos. También consolidó la base firme que dejaría en la fiscalía después de su muerte. Fue algo astuto y cabal. Se fió de las únicas dos personas que serían incorruptas por principios y fe. Y no falló. A su modo, Shi Mok y su superior Kang Won Chul jamás se rebajaría al nivel que él tuvo, pues no había nada que los obligara a hacerlo. Ni lazos familiares con empresarios de renombre, ni ambición al dinero de por medio. Eran un par de almas nobles en las que podía confiar; y lo supo a base de tácticas y tentaciones que puso en sus caminos para hacerlos tropezar; para corroborar su temple e ideales. Fueron los únicos dos, entre todo aquel recinto de defensores de la Ley, que no sucumbieron ante sobornos y mentiras; mismos que de ser necesarios señalarian sin miedo a los cabecillas de corporaciones y cuerpos de justicia cuando saliera a flote tanta porquería.

Secret Forest se convierte por sí sola en la mejor serie coreana que he visto en la vida. La he puesto por encima de Signal sólo porque ésta ha dado un final cerrado y conclusivo. Deja vestigios de un final abierto, pero el caso principal se abrió y se cerró tal y como debía hacerlo. Es muy difícil encontrar dramas así; tan sencillos, rectos y muy cuidados a la vez, tanto estéticamente como en guión y dirección. Las actuaciones están en su punto y los personajes que interpretan, a la altura. Los giros de guión son una exquisitez que saboreas entre la emoción y la amargura, y no hay escena, episodio ni personaje que no esté planeado en la trama sin ningún motivo.

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